Causas Raíz
Para la mayoría de las personas es difícil entender que el autismo, el déficit atencional, la depresión y otros desórdenes previamente etiquetados como psiquiátricos podrían tener una base en el sistema biológico. Sin embargo, estudios científicos recientes están desentrañando lentamente estas ideas, revelando que las causas raíz podrían encontrarse en otras áreas del cuerpo que se han vuelto disfuncionales debido a estresores ambientales.
La mayoría de los niños con estos desórdenes sufren de disbiosis intestinal (desbalance de microorganismos) y desregulación del sistema inmune. Frecuentemente, los síntomas neurológicos son manifestaciones de la función cerebral que ha sido afectada por problemas en alguna otra parte del cuerpo, como una infección crónica en el intestino o daño celular en el hígado causado por exposición a toxinas.
La medicina funcional ofrece la habilidad y el potencial de determinar la etiología de enfermedades que previamente se veían como crónicas, incurables, o genéticas. Si se entienden las causas raíz de la enfermedad, entonces la posibilidad de tratarla, sanarla y prevenirla aumenta exponencialmente.

Por ejemplo, millones y millones de dólares han sido gastados, y cientos de miles de horas de investigación se han invertido en la búsqueda de la causa del autismo. La mayor parte de este tiempo y dinero se ha gastado analizando el cerebro y los genes, sin resultados concluyentes: no existe un solo gen del autismo o el déficit atencional.
El autismo es un desorden extraordinariamente complejo. Hay muchas variables etiológicas o causas raíz en cada caso, y el grado en que cada causa contribuye varía en cada individuo. La ilustración gráfica muestra algunos factores causales que podrían llevar al desarrollo de autismo.
Frecuentemente, las exposiciones comienzan durante la etapa prenatal, donde podría ocurrir un traspaso de toxinas e infecciones hacia el feto. Asimismo, la disbiosis intestinal materna es “heredada” durante la salida del neonato por el canal de parto, en casos de parto vaginal.
Posteriormente, durante los primeros años de vida, el individuo podría estar expuesto a diversos factores medioambientales dañinos: microorganismos, una dieta inadecuada que conduzca a deficiencias nutricionales, uso excesivo de farmacéuticos, toxinas ambientales, un esquema de vacunación excesivo, y otros factores de estilo de vida perjudiciales para la salud. Si a esto se suma la predisposición genética en aspectos como vías de desintoxicación y predisposición metabólica, entre otros, se genera el deterioro de procesos biológicos fundamentales para el correcto desarrollo del ser humano, o la “tormenta perfecta” asociada al desarrollo de autismo.
El número de causas raíz y el grado de afectación de cada una determina cuán comprometido estará el sistema, lo que se traduce en la cantidad e intensidad de síntomas que generan el diagnóstico, desde déficit atencional hasta autismo severo.
En palabras simples, cada persona cuenta con una cierta capacidad (predisposición genética) para tolerar asaltos externos (infecciones y factores medioambientales). Cuando se supera esta capacidad, los síntomas aparecen.
Nota: Texto escrito a partir de extractos obtenidos del Capítulo 2 del libro “A Compromised Generation” (Beth Lambert y Victoria Kobliner).